Para explicar el modo de tramitación de la angustia en la época actual, es necesario recordar que nuestra época ee una época en la que se exige a las personas ser felices permanentemente, existe en la actualidad un imperativo que exige gozar todo el tiempo y de forma inmediata. Se impide cualquier sufrimiento, hasta el mínimo dolor de cabeza -que muchas veces es por causa psíquica- es apaciguado con una pastilla.
El rechazo del inconsciente y el imperativo de la felicidad
De esta manera no existe lugar para la angustia o el sufrimiento que todo ser hablante siente en el transcurso de su vida, hay un rechazo del inconsciente y solo hay lugar para las soluciones mágicas que ofrece la venta masiva de medicamentos y de objetos de consumo que nos prometen ser felices. Contardo Calligaris daba el ejemplo de cómo las redes sociales se han convertido en un lugar donde se presenta una falsa ilusión de que todos están contento. Del mismo modo, Bauman señaba la cantidad impresionante de libros de autoayuda o de no se qué perspectiva que daban el secreto para ser feliz, lo decía así: “No es posible dar una receta para la felicidad. Yo sé que hoy existen consultores ganando mucho dinero fingiendo que poseen recetas para la felicidad. No crean en ellos, te estarían engañando. Yo jamás me animaría a dar ese tipo de consejo”.
Al respecto, citamos a la psicoanalista Alexandra Kohan quien en una entrevista a Clarín explica que se pretende vivir con garantías permanentes, y que «todo eso podría subsumirse en un imperativo mayor que sería el que dicta que no hay que sufrir bajo ningún aspecto» .
Alexandra Kohan explica que cada vez es mayor el consumo de ansiolíticos y psicofármacos entre los jóvenes, y advierte que «todos los que trabajamos en salud sabemos que los niños están sobremedicados. Es muy triste, porque se les impone un paradigma muy normalizador. (…) Desde ese paradigma de normalidad se estigmatiza a los niños señalándolos como ‘problemáticos’. El niño a veces es un estorbo para los adultos, y desde ahí se intenta acallar cualquier manifestación, cualquier inquietud».
FUENTE:
Podés leer la nota completa a Alexandra Kohan haciendo CLICK AQUÍ
Matías Gonzalez.
Licenciado en Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA).