Ante la insiste pregunta de nuestros seguidores: ¿Cómo se producen los sueños?, intentamos responderlo desde «La interpretación de los sueños» de Freud y desde las teorizaciones de Lacan.

La función de los sueños según Freud

Freud se ha encargado de estudiar en análisis diferentes sueños de sus pacientes. Así, explica que distintas veces a la semana puede demostra a sus pacientes a través de los sueños que ellos narran que conocen muy bien las palabras obscenas y distintas narraciones que se presentan pero que ellos luego en la vida despierto las olvidan. Estas palabras y narraciones de los pacientes que ellos dicen desconocer una vez despiertos, es el material que utiliza el sueño para figurar alguna verdad inconsciente.

Freud explica que los sueños de los sujetos expresan recuerdos, deseos y palabras que no quieren escuchar, y que cuando están despiertos las olvidan.
Estas cuestiones se olvidan por acción de la represión, mecanismo de defensa que el yo utiliza para ahorrarse la angustia que le provocaría el encuentro con lo que no quiere saber de sí mismo. Esta represión es siempre fallida ya que luego retorna desfigurada en distintas formaciones del inconsciente como lo es el sueño.

En «La interpretación de los sueños» Freud sostiene que los sueños son formaciones psíquicas que nos pueden ayudar a explicar cómo se forman las fobias y las neurosis. Dice Freud: «Cada sueño se revela como una formación plena de sentido a la que cabe asignar un lugar preciso en la actividad consciente».

En los sueños se produce un mensaje inconsciente

Todos nuestros sueños tienen un mensaje inconsciente que insiste por aparecer, lo hacen de una forma en que sea posible burlar a la censura, esto es, de una forma desfigurada, con un sentido que parece no ser el que en verdad se esconde.

Freud indica que en muchas personas las lesiones o los trastornos de los órganos actúan como estímulos que luego aparecen en el sueño como mensaje inconsciente, disfrazado, desfigurado.

Freud señala aunque es preciso tener en cuenta que no es generalizable, cada sueño debe ser analizado en relación al contexto de la vida singular de cada sujeto:

-Los sueños de las personas afectadas por problemas del corazón solían identificarse por ser muy cortos y con un despertar horrorizador, y suele suceder en el sueño una muerte del sujeto en cirscunstancias horribles.

-Las personas que tenían el pulmón afectado solían soñar que se asfixiaban, huían de un peligro angustiados o una multitud de personas los aplasta.

-Los problemas de digestión solían representarse con sueños relacionados a el sentido del gusto.

Los sueños según el psicoanálisis

La elaboración de un sueño se produce cuando se lo escribe o cuando se lo dice, es ahí donde puede aparecer la cadena de significantes del sueño que lo llevan al sujeto a descubrir su deseo inconsciente.

Las representaciones que aparecen en los sueños, que como ya dijimos deben disfrazarse para engañar la censura de la consciencia, se producen a través de dos mecanismos: el desplazamiento y la condensación de las representaciones.

Para Lacan, las imágenes del sueño hay que tomarlas en su valor de significante, importa por cómo se ordena en el discurso, y estos significados que ocurren en los sueños se producen a través de la articulación de significantes que se ordenan siguiendo la lógica de la metáfora y la metonimia (Lo que para Freud era condensación y desplazamiento respectivamente). Esto quiero decir, que no hay representaciones fijas que nos digan que significado inconsciente esconden (como en Freud veíamos las representaciones de los órganos afectados), sino que se produce significado a través de distintos significantes que se articulan en el sueño.

El sueño está formado por el deseo inconsciente y el resto diurno, es decir algunas cuestiones pendientes que quedaron en esos días.

Los sueños según Lacan

Lacan explica que hay que tomar los equívocos que en el sueño aparecen, junto con sus desplazamientos (cambio en el orden de las letras de una palabra o frase que da lugar a otra palabra o frase distinta).

Lacan analiza un sueño de Freud que pueden buscar como “la inyección de Irma” donde en el sueño Freud quiere revisar la garganta de su paciente y al abrir la boca, aparece una imágen que a Freud le produce mucha angustia. Se presenta algo que el ser hablante no puede captar e interpretar con las herramientas simbólicas e imaginarias que tiene, algo horroroso que Lacan lo interpreta como el encuentro con algo que no tiene sentido, el encuentro con lo que Lacan llamo lo real, lo imposible de representar.

Freud se iba a operar de una parte del interior de la nariz, y esta marca en el cuerpo se le presenta en el sueño como un misterio que le produce angustia. Aquí aparece otro elemento del sueño además del deseo: la angustia.
Cuando aparece algo de este imposible de soportar los sujetos tienden a despertarse, muchas veces la muerte cumple esa función en el sueño. Esto es lo que Lacan denomina como lo real y explica que es “un objeto que ya no se puede nombrar, ante el cual todas las palabras se detienen y todas las categorías fracasan. La angustia por excelencia”.

La relación entre los sueños y el cuerpo

La asociación de determinadas ideas con las situaciones y significantes que aparecen en el sueño se van desplazando permitiendo ubicar nuestro deseo y modo de goce inconsciente en relación al Otro.
Como ya vimos, el cuerpo “habla” en los sueños, y es que el cuerpo está atravesado por el lenguaje y por el goce. El cuerpo afecta a lo psíquico, así lo dice Lacan: “hay algo psíquico que se afecta, que reacciona, que no está despegado” (Seminario 23).

Lo imposible de representar para el ser hablante, tanto del cuerpo como del lenguaje, se reproduce en el sueño.
Por último Freud explica que en algunos casos los sueños no pueden cumplir su función de expresión inconsciente, o lo hacen de manera muy incompleta, y como causa propone que “la fijación inconsciente a un trauma parece contarse entre los principales impedimentos de la función del sueño”. (Conferencia 29).
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FUENTE:

-Sigmund Freud. «La interpretación de los sueños».

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Matías Gonzalez.

Licenciado en Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA).