Diferencia entre pulsión y deseo

Cita de Psicoanalisislacanfreud en mayo 2, 2025, 11:47 amTenemos que comenzar ubicando que el concepto de deseo en Freud es anterior al de la pulsión.
Freud desarrolla la idea del deseo en su texto de 1900 “La interpretación de los sueños” y está articulado a lo que él llamó el “ombligo del sueño”, es decir a una vivencia que estuvo y que ya no está más (ni lo estará); Una marca de algo perdido, que Freud lo nombra como la primera vivencia de satisfacción.
Freud va a nombrar de diferentes modos a este ombligo del sueño a lo largo de su obra. En 1895 lo llamará “núcleo patógeno”, en 1915 “represión primaria”; Hacia 1920 complejo de castración; Finalmente en 1937 lo llamará “roca base”.
El sujeto soñaría con revivir aquella primera vivencia donde se obtuvo satisfacción, pero por ser ya vivenciado, nunca se encontrará con lo mismo; Esto es lo que Freud llama como el “objeto perdido”.
Si es un objeto perdido, ¿Alguna vez se tuvo? No, puesto que si fuera así, si se hubiera tenido en algún momento, entonces se lo podría encontrar.
Entonces notamos que siempre falta algo para ser felices, cuando tengo aquello que deseé ya no lo deseo más con esa particular intensidad. Ahora se quiere otra cosa, lo que uno encuentra son siempre objetos sustitutos de esa primera huella de satisfacción. El deseo es, entonces, imposible e insatisfecho.
Dicho esto podemos ubicar que la diferencia fundamental entre el deseo y la pulsión es que esta última se satisface, mientras que la primera nunca lo hace.
El concepto de pulsión aparece en el texto de 1905 “Tres ensayos sobre teoría sexual” donde introduce la sexualidad infantil. Este concepto le sirve para dar cuenta de la relación existente entre lo psíquico y lo somático.
Ubicamos que la pulsión es un representante psíquico de una representación somática; la pulsión parte del cuerpo (zona erógena) desde donde se obtiene una satisfacción. Representa un estímulo (interior) en el aparato psíquico y se le solicita a este último que tramite el estímulo para satisfacerse.
Como corolario, la pulsión es el negativo del deseo; La pulsión se satisface de alguna manera, mientras que el deseo es insatisfecho.
La pulsión siempre se satisface, y si no lo hace vía descarga motriz, lo hace a través de los diferentes destinos que puede tomar: se satisface en la sublimación, en la represión con el retorno de lo reprimido, en el trastorno hacia lo contrario, y en la vuelta hacia la persona propia, y en los sintomas a través de las llamadas satisfacciones sutitutivas.
Tenemos que comenzar ubicando que el concepto de deseo en Freud es anterior al de la pulsión.
Freud desarrolla la idea del deseo en su texto de 1900 “La interpretación de los sueños” y está articulado a lo que él llamó el “ombligo del sueño”, es decir a una vivencia que estuvo y que ya no está más (ni lo estará); Una marca de algo perdido, que Freud lo nombra como la primera vivencia de satisfacción.
Freud va a nombrar de diferentes modos a este ombligo del sueño a lo largo de su obra. En 1895 lo llamará “núcleo patógeno”, en 1915 “represión primaria”; Hacia 1920 complejo de castración; Finalmente en 1937 lo llamará “roca base”.
El sujeto soñaría con revivir aquella primera vivencia donde se obtuvo satisfacción, pero por ser ya vivenciado, nunca se encontrará con lo mismo; Esto es lo que Freud llama como el “objeto perdido”.
Si es un objeto perdido, ¿Alguna vez se tuvo? No, puesto que si fuera así, si se hubiera tenido en algún momento, entonces se lo podría encontrar.
Entonces notamos que siempre falta algo para ser felices, cuando tengo aquello que deseé ya no lo deseo más con esa particular intensidad. Ahora se quiere otra cosa, lo que uno encuentra son siempre objetos sustitutos de esa primera huella de satisfacción. El deseo es, entonces, imposible e insatisfecho.
Dicho esto podemos ubicar que la diferencia fundamental entre el deseo y la pulsión es que esta última se satisface, mientras que la primera nunca lo hace.
El concepto de pulsión aparece en el texto de 1905 “Tres ensayos sobre teoría sexual” donde introduce la sexualidad infantil. Este concepto le sirve para dar cuenta de la relación existente entre lo psíquico y lo somático.
Ubicamos que la pulsión es un representante psíquico de una representación somática; la pulsión parte del cuerpo (zona erógena) desde donde se obtiene una satisfacción. Representa un estímulo (interior) en el aparato psíquico y se le solicita a este último que tramite el estímulo para satisfacerse.
Como corolario, la pulsión es el negativo del deseo; La pulsión se satisface de alguna manera, mientras que el deseo es insatisfecho.
La pulsión siempre se satisface, y si no lo hace vía descarga motriz, lo hace a través de los diferentes destinos que puede tomar: se satisface en la sublimación, en la represión con el retorno de lo reprimido, en el trastorno hacia lo contrario, y en la vuelta hacia la persona propia, y en los sintomas a través de las llamadas satisfacciones sutitutivas.