La felicidad según el psicoanálisis

¿Qué es la felicidad para el psicoanálisis? y las consecuencias de la época actual y las redes sociales en los sujetos.

La felicidad según el psicoanálisis

Desde el psicoanálisis sabemos que nuestro aparato psíquico no nos permite lograr una satisfacción absoluta, es imposible ser feliz todo el tiempo. Freud, lo dice así: “Toda persistencia de una situación anhelada por el principio de placer solo proporciona una sensación de tibio bienestar, pues nuestra disposición no nos permite gozar intensamente. (…) Así nuestras facultades de felicidad están ya limitadas en principio por nuestra propia constitución”.

“No es posible dar una receta para la felicidad. Yo sé que hoy existen consultores ganando mucho dinero fingiendo que poseen recetas para la felicidad. No crean en ellos, te estarían engañando. Yo jamás me animaría a dar ese tipo de consejo” decía Zygmunt Bauman, luego de citar a Freud.

La felicidad como ilusión ofrecida en la época actual

En la época actual se nos obliga a ser felices, no está permitido sentir dolor o angustia. Para todo existe una solución mágica que evita pasar por la palabra, se ofrece todo tipo de objetos para no sentir el malestar. Basta con prender la televisión para ver una y otra vez publicidades que te dicen que no podes sentir dolor de cabeza, ni acidez, ni dolor de estómago porque ya existe una pastilla para curar todo eso.

Hoy la depresión es una de las enfermedades mentales más frecuentes en los sujetos, y es que el discurso actual nos afirma que “imposible es nothing”, nada es imposible. Ya lo decía Lacan: “El hombre moderno está dispuesto a todo para gozar». Se niega la angustia propia de la falta estructural del ser hablante y se nos engaña con que es posible llenarla, con el discurso de una supuesta verdadera felicidad, con diferentes objetos que se nos ofrecen desenfrenadamente para nuestro goce y distracción: drogas, televisión, pornografía, redes sociales, entre otros objetos de consumo. Esto no es sin consecuencias, produce en los sujetos un goce mortífero, repetitivo, autoerótico, en solitario, sin necesidad del Otro, que genera una «satisfacción idiota». Por este mismo motivo Contardo Calligaris se permite decir: «Para aprovechar los pequeños placeres de la vida, se precisa de atención, algo que nos hace falta en el mundo de hoy. Somos una cultura profundamente desatenta».

En esta misma linea, citamos a Viviane Mosé quien expresa que «La felicidad es un mito, un mito que ha costado caro y nos ha transformado en una sociedad exhausta y deprimida”. La única forma de imaginar una felicidad permanente es engañándose a sí mismo.

Lacan decía “Si por una suerte extraña atravesamos la vida encontrándonos solamente con gente desdichada, no es accidental, no es porque pudiese ser de otro modo. (…) Uno piensa que la gente feliz debe estar en algún lado. Pues bien, si no se quitan eso de la cabeza, es que no han entendido nada del psicoanálisis”.

El psicoanálisis niega rotundamente que haya un supuesto objeto satisfactorio que venga a colmar o curar al sujeto de la desesperanza. Somos sujetos divididos que para desear necesitamos que falte, y no el goce permanente al que la época actual invita: la pulsión mientras más se la alimenta, más quiere.

Contardo Calligaris explicaba que “cuanto se tiene un ideal de felicidad muy fuerte, la depresión es mal vista”. Y continúa: “Las redes sociales llevan a confrontar nuestra felicidad con la felicidad de los otros. La gente se siente obligada a fingir que está feliz, lo que puede ser muy penoso. (…) A propósito, fue por el 1950 que las personas pasaron a sonreír en las fotografías. Cuando miramos las fotos del siglo 19 y de comienzos del siglo 20, los retratados aparecen super serios. Dejarse fotografiar era un acto solemne. Sólo después de la posguerra comenzó la costumbre de parecer feliz. Las fotos de Facebook vienen de esa descendencia. El problema es que tener que mostrarse feliz es un emprendimiento constante y que genera mucho cansancio.

(…) Es preciso sentir plenamente los dolores: de las pérdidas, de los duelos, del fracaso. Yo creo un tremendo desastre ese ideal de felicidad que intenta ahorrarnos de todo lo que es malo”.

Luego, cuando le consultan que es la felicidad, Calligaris responde: “No gusto mucho de la palabra felicidad. Creo que, inclusive, es una ilusión mercadológica. Lo que la gente puede estudiar son las condiciones de bienestar”.

Y luego continúa: “Igualamos felicidad a la satisfacción de deseos, lo que es totalmente antinómico con el propio funcionamiento de nuestra cultura, fundada en la insatisfacción. Ningún objeto puede satisfacernos plenamente. (…) Entonces, me acostumbro a decir que no quiero ser feliz. Quiero tener una vida interesante.

Calligaris sostiene que el perfil de las redes sociales es la presentación para el mundo, lo que implica un cierto trabajo de falsificación de la imagen y hasta de la auto-imagen. En las redes sociales, la felicidad da status.

Por último, en esta época en la que se nos exige gozar todo el tiempo para lograr la felicidad, provoca en los sujetos la escasez de recursos simbólicos para tramitar la angustia, inclinándose entonces a resolverla a través del actuar como lo puede ser la violencia, las adicciones, compras compulsivas, etcétera.

De esta manera, concluimos que lo que nos permite buscar una vida interesante, con arte, sueños, amor y proyectos es la falta estructural propia del ser hablante por haber perdido el instinto, a cambio del lenguaje.

Fuente:

1- La cita a Freud es de «El malestar en la cultura».

2- La cita de Zygmunt Bauman es de la entrevista realizada por «Fronteiras do pensamento» que pueden ver haciendo CLICK AQUI.

3- La cita de Lacan es del Seminario 3.

4- Las citas a Contardo Calligaris son de la entrevista hecha por «Fronteiras do pensamiento», traducción hecha por nosotros.

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