La revolución de Freud

Freud provocó una revolución en la época y en la forma de pensar la sexualidad y el inconsciente.

Freud sexualidad

En este post les traemos los descubrimientos de Sigmund Freud, como cambió la forma de pensar y las resistencias que tuvo que enfrentar dada la época en la que vivió.

Las teorías de Freud sobre el inconsciente y la sexualidad causaron un cambio radical en la forma de pensar de la sociedad occidental. Estamos a comienzos del siglo XX y Freud viene a decir que en la infancia, desde los primeros años de vida, hay sexualidad, que el comportamiento humano está motivado por distintos impulsos sexuales y que muchos de ellos son reprimidos provocando síntomas. Imaginen, o googleen si su imaginación no alcanza, las resistencias que pueden haber causado las teorías de Freud en la época victoriana, donde la represión sexual era brutal. Incluso la homosexualidad era juzgada como una actividad ilegal que podía llevar a la prisión y era considerada como una enfermedad.

Por su parte, Freud creía que las personas nacían con una orientación bisexual que luego de acuerdo a diferentes identificaciones, el sujeto se orientaba por la heterosexualidad o la homosexualidad.

Freud y la homosexualidad

En 1903 un diario de Viena le preguntaba a Freud qué opinaba sobre el juicio a un profesional alemán que lo juzgaban por sus prácticas homosexuales. La respuesta: “el homosexual no es propiedad de un tribunal. Además, tengo la firme convicción de que tampoco los homosexuales deben ser tratados como enfermos…”.

En 1920, un médico homosexual le pide a la Asociación Holandesa de Psicoanálisis formar parte, y estos decidieron consultar con Ernest Jones, amigo de Freud. Le envía Jones a Freud: “aconsejé en contra… y ahora este hombre ha sido descubierto y condenado a prisión”. Freud le responde: “su pregunta, Ernest, concerniente a la posible calidad de miembros homosexuales, ha sido considerada por nosotros y discrepamos con usted. En efecto, no podemos excluir tales personas sin tener otras razones suficientes, así como no estamos de acuerdo con su persecución legal”.

En discusión con un analista estadounidense escribe Freud: “La moral sexual tal como la define la sociedad –y como acaso la extrema la sociedad norteamericana- me parece muy despreciable. Me identifico con una vida sexual más libre”.

En 1935 una madre le pide a Freud que cure a su hijo de su orientación sexual. Freud le escribe: “De su carta deduzco que su hijo es homosexual. (…) ¿Puedo preguntarle por qué lo evita? Ciertamente, la homosexualidad no es una ventaja, pero no es nada de lo que avergonzarse, no hay vicio ni degradación; no puede clasificarse como una enfermedad; (…) Muchas personas altamente respetables de los tiempos antiguos y modernos han sido homosexuales, varios de los hombres más importantes entre ellos. Es una gran injusticia perseguir a la homosexualidad como un crimen, y también una crueldad. (…)”.

Freud y el inconsciente

En «Por qué el psicoanálisis cambió el pensamiento occidental: sobre la vigencia de Sigmund Freud» Alexandra Kohan explica que «con Freud el sujeto ya no puede gobernarse a sí mismo ni pensarse de manera directa, sin mediaciones, sin opacidades. Sería imposible el ‘conócete a ti mismo’. El inconsciente hace de ese sujeto alguien extraño para sí mismo. Freud descentra el lugar de la conciencia cuando corre la razón hacia el inconsciente y produce lo que él mismo llama ‘una herida narcisista'».

La herida narcisista de estar sujetados a un inconsciente, de que «el yo no es amo en su propia casa», Freud la señala como una de las tres grandes heridas en la cultura occidental: la causada por Copérnico quien mostró cómo la Tierra no era el centro del universo, si no que al igual que otros planetas giraba en torno al Sol, la que provocó Darwin cuando descubrió que el hombre descendía del mono y esta última hecha por Freud, cuando descubre que la consciencia reposa sobre la inconsciencia.

Por último, decía Alexandra Kohan: “No somos transparentes a nosotros mismos, no somos sujetos de la voluntad y, siendo un poco radical, diría que la única voluntad es la de la pulsión que, además, no es gobernada por el Yo”.

Fuente:

-Correspondencia de Freud con Putnam.

-Carta de Otto Rank y Freud a Ernest Jones (1921).

-Carta de Freud a la madre de su paciente (1935). Pueden encontrar este texto en “Grafías de Eros (Historia, género, e identidades sexuales)” de Levi-Strauss.

-Las citas de Alexandra Kohan fueron extraídas del artículo «Por qué el psicoanálisis cambió el pensamiento occidental: sobre la vigencia de Sigmund Freud» que pueden leer haciendo CLICK AQUÍ.

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